Una pincelada de Namibia
Finalmente el día llegó y estamos en África comenzando la aventura de la Pre-Asamblea de Jóvenes en este año de conmemoración de los 500 años de la Reforma. 120 jóvenes de las siete regiones representadas por la Federación Luterana Mundial llegamos a este encuentro para vivir la experiencia africana con nuestros hermanos y hermanas de Namibia. Personalmente es muy desafiante, pero al mismo tiempo es una oportunidad de aprender y compartir en un contexto intercultural lo que significa la fe cristiana y nuestra identidad como jóvenes luteranos.
Un día después de nuestra llegada, comenzamos nuestro viaje hacia el norte de Namibia donde se desarrollará la Pre-Asamblea. Fue el primer momento de encontrarnos como comunidad cristiana de jóvenes, de comenzar a hacer nuevos amigos o de reencontrarnos con los antiguos. Es por eso que desde un primer momento supe que lo que viviría en los próximos días sería una experiencia inolvidable y que me permitiría interactuar con personas de lugares remotos que jamás he conocido.
Nuestra primera actividad fue un devocional en una capilla cercana a nuestro lugar de alojamiento, donde se nos dio la bienvenida, compartimos el Evangelio y cantamos. La riqueza de estos encuentros interculturales es apreciar la no existencia de barreras al momento de unirnos en koinonía, especialmente en los cantos donde cada uno puede alabar desde su idioma y desde los otros idiomas no propios. Al mismo tiempo que las enseñanzas que podemos tener de los devocionales son aplicables para nuestra vida, sin importar el contexto cultural, de iglesia o educacional del cual provenimos.
El viaje prosiguió en medio de la sabana africana que nos invitaba a conocer su vegetación y fauna diversa que aparecía para saludarnos y darnos la bienvenida a Namibia. La belleza de la creación de Dios se manifestó en un camino de tres horas, donde me hizo recordar una de las temáticas de la Asamblea de este año: “La creación no se vende”. En un país donde el cambio climático está afectando los suelos de cultivo, así como subsistencia de su gente, es urgente concientizar sobre la temática. Y no sólo en África, también en nuestros países y congregaciones, donde día a día vemos cómo el calentamiento global impacta a nivel global. Fuimos bendecidos al recorrer este trayecto con un paisaje verde y amarillo que nos enseña sobre una de las mejores épocas para venir a Namibia y disfrutar de la calidez de su clima y gente.
En medio de nuestro viaje hicimos una pausa en Tsumeb, donde jóvenes de la iglesia estaban esperándonos con cánticos y bienvenida tradicional para almorzar. Fue un momento de descanso, pero también compartir para proseguir nuestro camino hacia Ondangwa por tres horas más. Pese a nuestro cansancio por la larga jornada, pudimos apreciar cómo el día iba concluyendo con un atardecer único y que nos regalaba los últimos rayos de sol a través de un cielo nublado.
Nuestro día concluyó llegando a nuestro hospedaje y habiendo experimentado un primer viaje que sólo nos daba una “pincelada” de lo que viviríamos los próximos días en la maravillosa Namibia con su acogedora gente. Este es sólo el comienzo y estamos realmente emocionados por las sorpresas que nos esperan.